6. Respetarás la distinción entre orden de pensamiento y orden de exposición.
Cuando estamos investigando una cuestión, a menudo tomamos notas conforme se nos van ocurriendo ideas: citas relevantes, posibles argumentos... El orden en el que se nos ocurren esas ideas es el orden del pensamiento.El orden de exposición, por otra parte, es el orden en el que esas ideas quedan ordenadas finalmente en el texto. A no ser que seas una especie de dios de la filosofía y las ideas se te aparezcan en el coco de un modo perfectamente ordenado, coherente y sistemático de cojones, no puedes exponer tus ideas en un artículo en el mismo orden en que se te ocurren. No, no vale sentarte y escribir conforme se te vayan ocurriendo las cosas. Recuerda que tu intención debe ser que el lector te comprenda con facilidad. Vale, Platón escribía diálogos y Nietzsche escribía aforismos. Pero tú no eres Nietzsche ni Platón, ¿verdad?
7. Aducirás razones o evidencia para tus afirmaciones.
Cuando estés defendiendo tu propia postura, a menudo tendrás que expresar tus propias creencias sobre el tema. Por supuesto, no vale decir "a mí me parece que..." o "yo opino de que..." sin más. Si tu opinión se basa en hechos o argumentos, hazlos explícitos. Si sientes que tienes razón pero no eres capaz de decir por qué, es hora de revisar a fondo tu postura. Del mismo modo, cuando escribes acerca de la postura de otra persona, debes incluir citas relevantes. Si vas a defender que la Crítica de la Razón Pura de Kant es una apología del capitalismo, muestra evidencias textuales de que esto es así. No acuses sin pruebas.
8. No sacarás citas fuera de contexto.
No se puede entender la postura de un filósofo a través de un par de frases sueltas. Explica esa cita situándola en contexto, y explica qué crees que quiere decir el autor. Si incluyes esa cita en tu texto es porque crees que es importante, ¿no? Haz ver a tu lector por qué. Este consejo también vale para evitar poner citas al tun-tun sólo porque "tienes que poner citas". Yo he visto algún trabajo de nivel universitario con citas que no tenían absolutamente nada que ver con el tema que se trataba. Si convertimos la cita en un mero corta-pega, corremos también el riesgo de poner en boca de un autor una tesis que no es la suya. Por ejemplo:
Piluky sostiene que la filosofía debe ser "rollos macabeos que oscurezcan las argumentaciones de tal manera que éstas ni se entiendan ni sean, finalmente, argumentaciones".
Cuando el texto original dice:
La Filosofía es o debe ser aclaración conceptual y no rollos macabeos que oscurezcan las argumentaciones de tal manera que éstas ni se entiendan ni sean, finalmente, argumentaciones.
Aunque claro, también se puede descontextualizar la cita a mala leche, sólo por joder.
9. No desatenderás los procedimientos adecuados de bibliografía y notas al pie.
Importantísimo, y relacionado con el anterior. Por usar el mismo ejemplo que antes, tienes que señalar exactamente en qué páginas de qué obra y de qué edición está la defensa kantiana del capitalismo. Así cualquiera podrá ir exactamente al mismo texto que has acudido tú y comprobar si efectivamente está ahí lo que tú dices que está. Usa las convenciones adecuadas a la hora de citar, y si no las conoces pregunta en tu facultad. Recuerda también que una nota al pie con su referencia bibliográfica es la delgada línea que separa el legítimo derecho a cita del plagio.
10. Confrontarás a tu "oponente" respetándolo como a tu igual.
La filosofía "va" de comunicar ideas, y de convencer racionalmente al otro de que lo que sostienes es cierto. No es una imposición, o al menos no debe serlo, por lo que cualquier texto contiene la invitación implícita a que lo discutas (y si uno no es capaz de aceptar que lo que dice es discutible, ni es filósofo ni es nada). Así que lee con atención y tómate la molestia de entender lo que lees. Si no lo entiendes, no lo aceptes "porque sí, porque estoy leyendo a una autoridad" ni lo rechaces porque "no se entiende nada". Hay dos posibilidades: que tú no lo entiendas o que el texto no sea del todo inteligible. Las buenas maneras nos dictan que debemos considerar primero la primera posibilidad. Una vez descartado que el fallo está en ti, puedes pasar a dar las razones por las que el texto no se entiende bien (¿algún término oscuro? ¿un argumento débil?). La última opción es que el autor sea de los que disfrutan escribiendo tonterías sin sentido e intentan hacerlas pasar por filosofía. Que también puede ser.
Hasta aquí los diez mandamientos. Los enunciados no son una traducción literal, pero he intentado mantener el espíritu. Recomiendo de nuevo leer el artículo original (pdf), que contiene algunos consejos adicionales.
10. Confrontarás a tu "oponente" respetándolo como a tu igual.
La filosofía "va" de comunicar ideas, y de convencer racionalmente al otro de que lo que sostienes es cierto. No es una imposición, o al menos no debe serlo, por lo que cualquier texto contiene la invitación implícita a que lo discutas (y si uno no es capaz de aceptar que lo que dice es discutible, ni es filósofo ni es nada). Así que lee con atención y tómate la molestia de entender lo que lees. Si no lo entiendes, no lo aceptes "porque sí, porque estoy leyendo a una autoridad" ni lo rechaces porque "no se entiende nada". Hay dos posibilidades: que tú no lo entiendas o que el texto no sea del todo inteligible. Las buenas maneras nos dictan que debemos considerar primero la primera posibilidad. Una vez descartado que el fallo está en ti, puedes pasar a dar las razones por las que el texto no se entiende bien (¿algún término oscuro? ¿un argumento débil?). La última opción es que el autor sea de los que disfrutan escribiendo tonterías sin sentido e intentan hacerlas pasar por filosofía. Que también puede ser.
Hasta aquí los diez mandamientos. Los enunciados no son una traducción literal, pero he intentado mantener el espíritu. Recomiendo de nuevo leer el artículo original (pdf), que contiene algunos consejos adicionales.
Muchas gracias por la referencia.¡Y por ponerme como ejemplo de algo! Jajaja.
ResponderEliminarDe nada, guapa ;)
ResponderEliminarPor cierto, he encontrado un ejemplo del mundo real en meneame que ilustra perfectamente lo de descontextualizar las citas: "Incendiar cajeros, agujerearse los lóbulos, no lavarse ni peinarse son rasgos definitorios del antifascismo". Impresionante.
Encomiable esfuerzo el tuyo, Lorenzo. Y sí, mejor mantener el espíritu que no lo literal, aunque si ciertas personas me leyeran opinando sobre traducción, se me echaban al cuello. :)
ResponderEliminarMe ha parecido una lectura muy interesante y he pasado el enlace de los dos artículos a mi amorcico, filósofa también, a la que estoy tratanto de convencer para que tenga su propio espacio bloguero. A ver si entre el blog de Piluky (que también le recomendé), el tuyo y mi insistencia, da el paso definitivo. :D
Un abrazo, amigo.
Demonios, Oldeboi, pues convéncela, que los blogs de filósofos/as escasean. Un nuevo blog es un nuevo paso en nuestro camino a la dominación mundial... digoooo... a la difusión de la filosofía, el buen rollito y todo eso.
ResponderEliminarGracias por comentarme y un fuerte abrazo ;)